Nacida por 1918 en Buenos Aires, Rosa Sarafian, vio nevar nuestra ciudad capital por primera vez en la historia en ese mismo año. Coincidentemente, tuvo el honor de ver el nacimiento de la Primer República Armenia de 1918.
Sus padres escaparon antes de 1915 de los designios trágicos impuestos por los turcos al pueblo armenio, del Genocidio.
Ellos eran de Aguén y de Cesárea (Guesaria) en la región de Cilicia (Guiliguiá), antiguo reino armenio hoy ocupado por Turquía. Provenía de una familia de intelectuales, artistas y reconocidos joyeros que huyeron de las matanzas turcas de 1909.
En la Argentina su padre Mihrán, fue un próspero comerciante del calzado que, como muchos otros, ayudaron a los refugiados armenios recién llegados al país.
La medzma nació en la Avenida Corrientes y la vía, a unas cuadras de Juan B. Justo y creció en un país, una ciudad y una sociedad que poco tiene que ver con lo que es hoy.
Su padre fue uno de los primeros dirigentes de la UGAB en Argentina, ella lo acompañaba junto a su madre y sus dos hermanitas, Isabel y Ana, en esas interminables reuniones donde los hombres debatían y las mujeres conversaban separadamente, como era costumbre en esa época.
En esas reuniones, su madre Mariané bordó a mano tiñiendo artesanalmente los colores de cada hebra de hilo, con el cual creó al máximo detalle, el Escudo de la República de Armenia Libre e Independiente. Esta obra de arte se encuentra actualmente expuesta en el salón de reuniones del Concejo Directivo de la UGAB de Buenos Aires.
Su padre Mihran, construyó el “Cine Teatro Parque Chás” en el cual la magia del cine de la época y todo su encanto nutrieron la infancia de la Medzma.
En 1936 conoce y contrae matrimonio con un incipiente comerciante y dirigente comunitario llamado Jorge (Kevork) Sarafian.
Desde ese momento su historia está vinculada con el apellido Sarafian. Esta historia de lucha y de fuerte compromiso con la armenidad, está relatada en el libro “Del Éufrates al Río de la Plata”, autobiografía de Don Jorge Sarafian.
Todo lo que Don Jorge hizo por y para la comunidad armenia, en su vida empresaria y social hubiese sido impensable sin la compañía y apoyo incondicional de Rosa, su fiel compañera de vida.
Decir que Doña Rosa fue incondicional de Don Jorge es en realidad una parcialidad, en realidad, ellos fueron un equipo. Un equipo virtuoso, creativo y exitoso cuyos frutos se ven reflejados en sus hijos Harutiun, María Rosa, Mihrán, Cristina, Elsa y Antonio, todos abnegados dirigentes y militantes de la armenidad, defensores del legado recibido de Don Jorge y Doña Rosa.
Y también sus frutos se ven en sus nietos Rosalba, Mardo, Aram, Gabriela, Jorge Sahak, Alex, Mariana, Diego, Mariano, Jorge (Coco), Paula, Lusiné y Arev quienes continúan con el mensaje de sus abuelos de ser personas de bien y amantes de la armenidad. Y no nos olvidemos de sus bisnietos Santiaguito, Francisco y Tobías, las nuevas generaciones.
La Medzma fue una anfitriona de lujo para los interminables invitados y personalidades de Armenia y de la Diáspora y de nuestro país que el “Dede” Jorge traía a su casa y a la quinta de Luján, cerca de donde Don Jorge presidía la Hilandería.
La Medzma fue una continuadora de los valores que Don Jorge predicaba y fue especialmente una mujer inteligente que siempre supo manejar los conflictos y las relaciones humanas para llevarlas a buen puerto, una sabia en ese sentido. Fue también una cristiana practicante de la Iglesia Apostólica Armenia, recuerdo que en vísperas de la pascua hacía “BAK” por cuarenta días. “Ies Bak em” decía.
… Todos tenemos nuestros héroes, a quienes admiramos y quienes con su ejemplo nos sirven de guía en la vida…
Lo que a mis abuelos les tocó vivir y superar en sus vidas y el mensaje que nos dejan a sus descendientes los coloca en ese pedestal de HEROES. Como Campeones de la Vida y Campeones de la Armenidad.
Este es un pequeño homenaje para una gran mujer que nos acaba de dejar para reunirse con mi abuelo y con los suyos en el cielo y desde allí seguir guiándonos en nuestros caminos de vida.
GRACIAS MEDZMAMA POR TODO y que Dios ilumine tu alma, Amén
En nombre de todos tus nietos y Bisnietos.
Aram Barceghian
PD: Para los lectores de origen turco o pro turcos, que sepan que hay una deuda de honor que el Estado turco va a pagar, es solo cuestión de tiempo. Una cosa es segura, el sacrificio realizado por nuestros abuelos armenios siempre será honrado por la generaciones venideras, está escrito en nuestros genes.
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