GRUNK- Audición Armenia de Mar del Plata

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viernes, 15 de julio de 2011

TEPT: ESTUDIO RETROSPECTIVO DE UNA VÍCTIMA DEL GENOCIDIO ARMENIO

XII Congreso Internacional de Estrés Traumático/
XIIth International Congress on Traumatic Stress
Hotel Panamericano, Buenos Aires, 29 y 30 de Junio y 1º de Julio de 2011.




Viernes 1º de Julio - 9:30 a 11:00 horas
Salón Panamericano Sur
Ana María Martorella: TEPT: estudio retrospectivo de una víctima del genocidio Armenio.
Susan Pinco (USA): ¿Es hablar lo que cura? Utilización del Silencio Estructurado para
amplificar la efectividad del tratamiento del trauma?






INTRODUCCIÓN

Ha resultado interesante poder observar cómo los recursos creativos tendientes a promover la generatividad en el adulto (Erikson) y el agradecimiento humanos (Melanie Klein) han favorecido la evolución identificatoria y el desarrollo cultural de los pueblos que padecen secuelas de síndrome de estrés postraumático, a partir de procesos genocidas, en sus sobrevivientes.
Para tal demostración, se ha analizado la biografía de un artista musical armenio, conocido como el Padre Gomidás, de invalorable reconocimiento internacional, quien pudo reparar su propia historia infantil de sufrimientos y necesidades, producto de su orfandad temprana, desarrollando una personalidad polifacética y creadora a través del mecanismo de defensa de sublimación, junto a los procesos intelectuales descriptos por la psicogénesis piagetiana, que le habrían permitido la integración de sus estructuras yoicas en su adolescencia y juventud. Así mismo, este mismo personaje puede ser analizado desde el punto de vista psicoanalítico culturalista (Erick Erikson), al comprobarse su profunda fé religiosa, que lo lleva al puesto de archimandrita dentro del Catolicismo Ortodoxo. Esto podría interpretarse como resolución positiva del primer conflicto humano, descripto por este autor psicoanalista, estudioso del proceso identificatorio: Confianza Básica versus Desconfianza en relación a la figura materna altamente disponible a pesar de su pérdida temprana.


Definición de Genocidio y sus efectos

Una vez recordada la definición de Genocidio (del griego genos = raza , y del latín cidio = matar) elaborada por Raphael Lemkin en 1945: "Aniquilación coordinada y planeada de un grupo nacional, religioso o racial, por una variedad de acciones llevadas a cabo y apuntando a los fundamentos esenciales que hacen a la supervivencia del grupo como grupo", se debe describir la tipología del genocidio que lo considera como “destrucción total o casi total de grupos de víctimas y naciones; la destrucción de una cultura sin intención de destruir físicamente a sus portadores; y la selección de algunos grupos para la aniquilación inmediata , mientras otros son referidos a la asimilación etnocida”.
Por otro lado se deben tener en cuenta los aportes de Frank Chalk u Kurt Jonassohn en "La Historia y la Sociología del Genocidio" que lo define como "... La inclusión de ataques a instituciones políticas y sociales, cultura, lengua, sentimientos de identidad nacional, religión y a la existencia económica, más todo aquello que debilita la viabilidad de un grupo ... Se considera al hecho como una forma de matanzas de masas unilateral, por el cual un estado u otra autoridad intenta destruir un grupo, en tanto este grupo y su membresía, son definidos por los perpetradores ... Por lo tanto no hay reciprocidad " .
Así mismo la ONU lo define como "Negación del Derecho a la vida por los seres humanos" y agrega que "Contraria a la moral y al espíritu de la ONU, son una pérdida para la humanidad en la forma de contribuciones culturales, por lo tanto el castigo del genocidio le concierne a la Humanidad. Se lo considera un crimen bajo la ley internacional, que el mundo civilizado por lo tanto condena; los culpables, y sus cómplices - individuos privados, hombres de Estado - que han cometido crímenes en terreno político, religioso, racial o cualquier otro, son merecedores de castigo" (Kuper, 1981).
También, a partir de autores tales como Chalk y Jonassohn, se deben señalar los indicadores de alarma de un genocidio: una sociedad totalitaria que ostenta un poder tiránico y absoluto, a lo que se suma una cultura nacional dispuesta a la discriminación, a la violencia y al racismo que se corresponde con la ideología de Estado; sumado a esto, cabe detallar los factores concurrentes como la desigualdad de poderes, el poder económico crítico, el poder bélico, y el factor sociedad representado por fuerzas capaces de desatar violencia, odio, furia homicida contra los "potenciales enemigos" considerados diferentes, la minoría sindicada como comunidad agraviante, que "amenaza" la seguridad de la sociedad mayoritaria.
Según la explicación psicoanalítica aparecida en la obra de la Dra. Telecemian "... La protección del Estado para la supervivencia de la sociedad funciona debido a que los estados con abuso de poder proyectan en las víctimas indefensas sus impulsos tanáticos y se invierte así la polaridad del peligro y es depositada en la minoría la cualidad de peligrosidad ... De este modo se mata sin culpa y con la plena vigencia de los mecanismos de negación ... A través de un nacionalismo exacerbado en una sociedad que no admite la diferencia, se instalan la denigración, las vejaciones, las persecuciones, el amedrantamiento, la segregación que son precursores y precondiciones que van minando las resistencias y la autoestima del grupo sindicado como víctima, en quienes se va desarrollando un sentimiento de resignada impotencia y fatalismo de su trágico destino".


Aportes Neurobiológicos

Entre las víctimas de TEPT, actualmente, se han comprobado efectos negativos en el desarrollo cerebral. Los cambios se pueden documentar por electroencefalograma (EEG) y resonancia magnética nuclear (RMN); ondas cerebrales anormales clínicamente significativas en pacientes con historia de trauma temprano están presentes en proporción doble con respecto al grupo de sanos, y en el 72 % de individuos con TEPT comprobado; anormalidades EEG izquierdas son dos veces más comunes que las derechas en el grupo de víctimas de TEPT; la prueba de coherencia EEG demostró disminución de desarrollo del hemisferio izquierdo, especialmente regiones temporales; evidencias en RMN: el hipocampo izquierdo de pacientes víctimas de TEPT es más pequeño que en los controles sanos, de manera que se puede postular que alterando el desarrollo del hipocampo izquierdo, el TEPT provoca déficits en la memoria verbal y síntomas disociativos; los experimentos con potenciales evocados demuestran que los sobrevivientes de TEPT tienden a usar su hemisferio izquierdo cuando piensan en memorias neutrales, pero usan su hemisferio derecho cuando evocan recuerdos de hechos traumáticos; los sujetos control tuvieron respuesta bilateral más integrada; el TEPT se asocia a mayor reducción del tamaño en las porciones mediales del cuerpo calloso y a atenuada actividad en el vermis cerebeloso.
Recientes investigaciones proponen que el cerebro, dada su responsividad —es decir, plasticidad— a la experiencia ambiental, resulta afectado en su estructura y función por ella (Masten y Coastworth 1998). Esto se explica dado que, en la corteza cerebral, diferentes regiones incrementan su tamaño (al aumentar el número de dendritas en cada neurona) cuando son expuestas a condiciones estimulantes y, mientras más prolongadas éstas, mayor su crecimiento (Shore, op. cit.). Esta actividad cerebral sería dirigida de modo muy grueso por patrones neuronales genéticamente configurados; en tanto, los detalles de dichos patrones (es decir, la cantidad y tipo de conexiones sinápticas) estarían en gran parte condicionados por la interacción con el ambiente (Greenough et al. 1987).
A este respecto, capital importancia reviste el período comprendido desde la gestación hasta los tres primeros años de vida, puesto que en él, el desarrollo del cerebro ocurre con una velocidad extraordinaria. Mientras el feto se desarrolla, las células cerebrales deben alcanzar una posición específica en la corteza cerebral, de acuerdo a un patrón preciso de secuencia y tiempo; si algo (como la exposición a condiciones ambientales adversas, abuso de sustancias, radiación o falta de nutrición adecuada) interfiere este proceso, los efectos pueden ser devastadores y de larga duración o irreversibles (pueden ocurrir desórdenes neurológicos severos, como epilepsia, autismo o esquizofrenia). Más tarde, el número y densidad de sinapsis alcanzados entre el nacimiento y los tres años de edad constituyen la mayor parte de las que permanecerán en el cerebro durante la primera década de vida, momento a partir del cual comienza un proceso de eliminación de aquellas sinapsis que no son utilizadas con frecuencia (Shore, op. cit.).
Para alcanzar los más altos niveles de desarrollo cerebral a través de la interacción con el ambiente es crucial la oportunidad, es decir, el momento de la vida, en que ésta ocurre: si bien el aprendizaje continúa a través de todo el ciclo de vida, hay tiempos específicos para que se realice en forma óptima. Puesto que las diferentes regiones del cerebro maduran en distintos momentos, cada una de ellas es más sensible a distintas experiencias en diferentes edades y, por esta razón, durante estos períodos críticos, el cerebro es particularmente eficiente ante particulares tipos de aprendizaje y susceptible de ser alterado en su “arquitectura”. En términos concretos, esto quiere decir que al individuo se le abren distintas “ventanas de oportunidades” (“windows of opportunity”) para el aprendizaje en momentos específicos de la vida, los que, de acuerdo a ciertos autores, no se extenderían más allá de los diez o doce años de edad (Hancock 1996).
Lo anterior se enmarca dentro de la siguiente idea: no es ningún elemento ni patrón de elementos particulares lo que define el rumbo del desarrollo; antes bien, es la reunión de múltiples factores en un contexto lo que explica este proceso (Sameroff et al 1993). Esto no ocurre mecánicamente: las interacciones entre los factores son complejas en naturaleza y diferentes para el desarrollo de las competencias socioemocionales y cognitivas de los niños (Sameroff y Seifer 1983). Por ejemplo, desde los dos años, entre las distintas funciones de desarrollo, las que resultan más afectadas por las características del ambiente son aquellas de tipo cognitivo; téngase en cuenta que el coeficiente intelectual, nivel educacional y comportamiento maternos, en el período señalado, se encuentran fuertemente asociados al desarrollo cognitivo y verbal de los niños (Bendersky y Lewis 1994; McLoyd 1998).
Dichos hallazgos son complementados por los alcanzados en estudios abocados a conocer las relaciones entre el comportamiento y la actividad adrenocortical en infantes. Desde hace ya tres décadas (Anders et al. 1970), esta asociación ha suscitado el interés científico, principalmente por dos razones. La primera es la fuerte evidencia de que el sistema pituitario-adrenal es un indicador extremadamente sensible de la detección de muchos cambios ambientales adversos por parte del organismo. La segunda es la demostración de que la respuesta pituitario-adrenal depende no sólo de la existencia de una situación adversa, sino del grado en que ésta se define cómo tal (Levine et al. 1987).
Las situaciones estresantes producen elevaciones de los niveles de la hormona esteroidal cortisol. En un estudio pionero que intentó relacionar cuatro estados conductuales (llanto, vigilia, movimiento ocular rápido y movimiento ocular no rápido) con los niveles de cortisol- se encontró que el cortisol se elevó marcadamente después del llanto, mientras que en los otros estados permaneció constante (Anders et al., op. cit.).
Investigaciones en primates infantes en situación de separación materna han revelado que ésta produce elevaciones en los niveles de cortisol, los que se encuentran asociados a la drasticidad de la separación de la madre: en condiciones de separación absoluta o casi absoluta, el cortisol se elevó fuertemente; mientras, aquellas separaciones menos drásticas, produjeron sólo pequeños cambios, los que además no alcanzaban larga duración, contrariamente a lo observado en aislamiento absoluto o casi absoluto (Levine, et al., op. cit.).
Intentando encontrar relaciones entre la actividad adrenocortical y el temperamento infantil, Gunnar et al. (1989) evidencian que la mayor actividad adrenocortical se produce entre aquellos niños más proclives a la angustia. Al tiempo, las situaciones de separación materna sólo produjeron leves incrementos del cortisol.
Con el propósito de determinar la respuesta adrenocortical en infantes de nueve meses de edad ante la separación materna, Gunnar et al. (1992) evidencia, por una parte, activación adrenocortical relacionada positivamente con la responsividad y calidez del cuidador sustituto. Por otra, no se encontraron asociaciones significativas entre la angustia conductual de los infantes y el cortisol.
Spangler y Grossman (1993) muestran que, ante situaciones extrañas, el cortisol se incrementa en los niños catalogados como inseguros-evitantes y en los desorganizados no así en los seguros.
Nachmias et al. (1996) estudiaron el rol moderador de la relación de [apego]6 entre la madre y el niño en las inhibiciones conductuales y la reactividad al estrés de éste. Las elevaciones de cortisol fueron encontradas sólo en aquellos infantes inhibidos con relaciones de [apego] inseguras.
Investigando la organización bioconductual en infantes con diferentes tipos de [apego], Spangler y Schieche (1998) dan cuenta de que la activación adrenocortical fue más prominente en infantes inseguros con alta inhibición conductual, lo que interpretan como un indicador de la relación de apego seguras como amortiguador social contra las disposiciones temperamentales menos adaptativas.
Gunnar (1996, citado en Shore, op. cit.), que propone que los eventos traumáticos o adversos, sean psicológicos o físicos (nutrición pobre, permanentes niveles elevados de estrés, violencia), elevan los niveles individuales de cortisol, el que, a su vez, afecta el metabolismo, el sistema inmune y el cerebro. De este modo, este tipo de experiencias puede socavar el desarrollo neurológico y deteriorar la función cerebral al reducir el número de sinapsis neuronales en ciertas partes del cerebro, deteriorar el proceso de mielinización y destruir neuronas (Shore, op. cit.). De hecho, los niños que tienen altos niveles de cortisol en forma crónica, muestran algún retraso en su desarrollo, en comparación con sus pares que tienen niveles de cortisol normal.
Es de especial importancia señalar que lo descrito no ocurre en niños que reciben cuidado sensitivo, afectuoso y enriquecedor en su primer año de vida, éstos son menos propensos a responder a la tensión produciendo cortisol en comparación con aquellos niños que no tuvieron ese tipo de cuidados.


Teoría del Apego

Según Bowlby, basándose en los aportes de la Ethología, existen dos tipos fundamentales de apego: el seguro y el inseguro, pudiendo clasificarse a este último en ambivalente y evitativo.

Dice Bowlby: “Un descubrimiento importante es el grado en que dos o más experiencias adversas interactúan de modo tal que el riesgo de una perturbación psicológica se multiplica, a menudo varias veces. No sólo existe este efecto poderosamente interactivo de las experiencias adversas sino una posibilidad mayor de que alguien que ha tenido una experiencia adversa, tenga otra. Así, las experiencias adversas de la infancia tienen efectos de dos tipos, por lo menos. En primer lugar, hacen al individuo más vulnerable a partir de experiencias adversas . En segundo, hace que existan más probabilidades de que él o ella se enfrenten con otras experiencias semejantes. Aunque las primeras experiencias adversas son, con toda probabilidad, totalmente independientes de la mediación de los individuos implicados, es probable que las posteriores sean consecuencia de las acciones de él o de ella, acciones que se derivan de esos trastornos de la personalidad a los cuales han dado origen las primeras experiencias” (BOWLBY, John ; Una base segura - Cap. 2 “Los orígenes de la Teoría del Apego”. Ed. Paidós).


Conclusiones

Al recorrer la historia de Gomidás, se hace evidente su adecuado desarrollo intelectual y psíquico, que le han proveído los recursos resilientes que le permitieron superar las adversidades tempranas, tales como la pérdida inicial de su madre, la cual debe haber dejado fuertes huellas mnémicas durante su vida intrauterina. A este tipo de memoria fetal ya había hecho referencia Françoise Doltó en la década del 60. Los actuales aportes de la neurobiología de los vínculos y la epigenética, junto a la teoría del apego echan abundante luz para explicar este fenómeno.
A su vez, el modelo amoroso y artístico de esa madre ausente físicamente, se debe haber visto fortalecido en su printing a través de los múltiples y reiterados relatos familiares de su padre.
Ya en su temprana orfandad, a los 11 años, Gomidás se vió obligado a elegir figuras de apego (que ofrecieran seguridad y protección) afines a los modelos parentales internalizados en sus primeras etapas del desarrollo identificatorio.
Seguramente Gomidás había internalizado los modelos parentales, pertenecientes a un colectivo cultural donde la religión cumplía el rol más importante en el proceso de identidad del pueblo armenio desposeído de su territorio durante seis siglos y sometido a las múltiples invasiones (persas, otomanos, etc.) y atravesamientos de grupos étnicos nómades y de rutas de comercio hacia Oriente.
Se podría inferir que esos modelos parentales, junto a la evocación de la figura maternante amorosa y la generosidad paterna durante su crianza, favorecidos por sus dotes vocales, le habrían permitido adaptarse a la adversidad desarrollando tempranamente procesos inteligentes superiores de abstracción junto a mecanismos de defensa sublimadores. Y de todo esto surgiría su profunda fé religiosa, como lo dice Erickson acerca de la confianza básica fundada en la satisfacción de las necesidades básicas.
Pero, cuando se vió expuesto tanto a las torturas como a la eliminación criminal de sus camaradas, aquellos con quienes compartía ideales e intelectualidad, sus mecanismos de defensa fracasaron, en especial al sobrevirvir a sus compañeros. El estrés postraumático se fue manifestando a través de los pensamientos intrusivos y su pánico, asociados a la culpa por no haber podido defenderlos ni compartir su destino. El duelo no pudo transitar los procesos adecuados para su resolución, y su cuadro se confundió con delirio esquizofrénico.
Además, debemos recordar que aún hasta hoy el Estado victimario persiste en su nagacionismo a pesar de las pruebas, por lo que, presuntamente, su relato de lo ocurrido a sus compatriotas y las torturas aplicadas a él mismo, pueden haber sido interpretados como un delirio.
Sabemos que, en un momento de la evolución de su psicopatología, se había decidido su externación por remisión de sus síntomas. Sin embargo, Gomidás prefirió permanecer en aquel ámbito sanitario, junto a su piano, continuando su obra de composición musical.

Como cierre de la exposición, y a modo de reflexión, se me ocurre que debemos remitirnos a algunos pensamientos de miembros de la comunidad armenia nacional e internacional cuya labor en diferentes planos del arte les ha permitido destacarse y recibir reconocimiento mundial.

"La música es una forma de transformar dolor en amor ". (Pedro Santiago Chotsurian, Director de Estudios del Teatro Colón de Buenos Aires).

"No puedes esperar la disculpa. Tienes que encontrar tu felicidad y tu existencia de una manera propia, y contar tu historia a quien pueda entenderte”. (Atom Egoyan, cineasta director de la película Ararat , 2002).


"Escribo porque la vida es imperfecta, injusta. Al escribir trato de encontrar la pregunta correcta y de este modo, aveces, la respuesta. Al escribir trato de salvarme primero, y luego salvar a la humanidad ... Al no encontrar la respuesta se revigoriza mi estilo. Al encontrar la respuesta mi estilo cede su lugar al contenido conciso. En escasos momentos estilo y contenido avanzan armoniosamente. Se crea una pasión .... Evadirse de los hechos históricos significa apartarse de la responsabilidad ... No es la vocación sino el deber del artista oponerse a las arbitrariedades de los gobiernos ... Y como nada es tan duradero como el cambio, sigo existiendo y descubriendo al mismo tiempo que el hombre es el eje de todo lo existente". (Hagop Garabents, 1925 - 1994).

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